Friday, January 26, 2018

El secuestro de Steven Stayner

     Steven Stayner tenía siete años y vivía con su familia en Merced, California. La tarde del 4 de diciembre de 1972 volvía caminando de la escuela cuando lo abordó Ervin Edward Murphy, quien haciéndose pasar por miembro de una iglesia le preguntó si su madre estaría dispuesta a hacer alguna donación. Steven le contestó que sí. En realidad Murphy oficiaba como recolector de víctimas para su compañero de trabajo Kenneth Parnell, quien ya había abusado de otros niños en el pasado, y cuando Steven subió al Buick blanco de Parnell su familia ya no volvería a saber de él.
Parnell llevó a Steven a una cabaña apartada, a 32km de Merced. Ante las súplicas reiteradas para que lo llevase donde sus padres, Parnell le dijo que el Estado lo había designado como su guardián legal porque sus padres tenían demasiados hijos y ya no lo querían.  A partir de entonces pasaría a vivir bajo el nombre de Dennis Gregory Parnell. Con el tiempo Steven se convenció de que sus padres no lo querían y de que ya no lo buscaban.
     
     Steven estuvo secuestrado siete años. Asistió a varias escuelas, siempre registrado como hijo de Parnell. Se mudaron varias veces, siempre dentro California, y Parnell le permitió ciertas libertades como fumar y beber. Nadie jamás sospechó que Steven no era su hijo, y mucho menos que Parnell era un pedófilo que había secuestrado al muchacho
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Steven con Kenneth Parnell, su secuestrador.

     Cuando Steven se fue haciendo mayor Parnell decidió usarlo como señuelo para acercarse a otros chicos jóvenes. El 14 de febrero de 1980 Parnell logró su objetivo cuando secuestró a Timothy James White del pueblito de Ukiah, a 322km de Merced. Timothy tenía cinco años de edad, y aunque un compañero mayor lo acompañaba la mayor parte del trayecto de la escuela a su casa, la última parte del camino lo hacía solo: fue allí donde Parnell lo secuestró.

Timothy con su madre


     Pero Steven, que ya tenía catorce años, no quería que otro niño pasara por lo mismo que él había pasado: el 1º de marzo de 1980, mientras Parnell estaba trabajando en el turno de la noche en un hotel, escapó y se llevó consigo a Timothy con la intención de devolverlo a sus padres. Ambos hicieron dedo hasta Ukiah. Como Steven no pudo localizar la casa del niño, decidió hacerlo entrar a la estación de policía a pedir ayuda, pero los policías lo vieron fuera y lo detuvieron también. Steven identificó de inmediato a Timmy White y a continuación les reveló su propia identidad. El policía que le tomó declaración no escribió bien el apellido, ignorando que se trataba del niño desaparecido en 1972:
«Sé que me llamo Steven Stainer. Tengo catorce años. No recuerdo mi verdadera fecha de nacimiento, pero siempre he usado el 18 de abril de 1965. Sé que mi primer nombre es Steven. Estoy casi seguro de que mi apellido es Stainer, y si tengo un segundo nombre, no lo conozco.»






     Parnell (en aquel momento de cincuenta años) fue arrestado y acusado de secuestro, al igual que su cómplice Ervin Murphy (de cuarenta años). En enero de 1982 Kenneth Parnell y Ervin Murphy recibieron condena por secuestro y conspiración para secuestrar, por lo que se los sentenció a siete y cinco años de prisión respectivamente.
A Parnell no se lo acusó nunca por abuso sexual por motivos de jurisdicción estatal y porque sus padres querían proteger a Steven del estigma social que representaba haber sido víctima de violación. A principios de los ochenta, el abuso sexual masculino era algo de lo que no se hablaba de manera tan abierta como hoy. Kenneth Parnell estuvo preso cinco años y salió en libertad en 1985. En 2004 se lo acusó de haber intentado comprar a un niño de cuatro años por quinientos dólares en Berkeley, California. A la edad de 72 años y por causa de su deterioro físico necesitaba a un asistente diurno, a cuya hermana Parnell le ofreció el dinero a cambio de un niño. La mujer estaba al tanto del siniestro pasado de Parnell, por lo que contactó a la policía. La justicia declaró que representaba «un riesgo para los niños de por vida», por lo que pasaría el resto de sus días en prisión. Moriría tras las barras en 2008.
              
     Si bien Steven fue sin  dudas el héroe que salvó Timothy  de un destino de abuso como el que él había sufrido, no lo tuvo fácil cuando volvió a casa. Fue difícil para el muchacho volver a un hogar con normas de convivencia cuando los años que pasó con Parnell tenía permitido beber, tomar y hacer lo que se le antojara. En una entrevista con Newsweek, al poco tiempo de haber vuelto a casa dijo: «Soy caso un hombre adulto pero mis padres me ven como si yo todavía fuese su hijo de siete años, aunque luego de que ellos me ayudasen a adaptarme al hogar las cosas mejoraron. ¿Pero por qué mi padre ya no me abraza? Todo ha cambiado. Algunas veces siento que es mi culpa, a veces no sé si debía haber vuelto a casa. ¿Hubiese sido mejor de no haberlo hecho?». Inicialmente Steven contó con la ayuda de un consejero, pero nunca buscó terapia. Tampoco quiso nunca hablar en detalle de los abusos sexuales que sufrió durante los años que vivió con Kenneth Parnell.  En una entrevista concedida en 2007, su hermana Cory dijo que jamás buscó terapia porque su padre dijo que «no le hacía ninguna falta.» Agregó que «Siguió adelante con su vida pero no estaba bien.» Steven dejó de estudiar porque sus compañeros se burlaban de él por haber sido víctima de abuso sexual. Comenzó a beber con frecuencia y lo echaron del hogar familiar. La relación con su padre se resintió mucho.


     En 1985 se casó con Jody Edmonson y tuvo dos hijos (Ashley y Steven Jr.). Jody dijo que tener una familia propia lo ayudó a encontrar algo de paz, aunque seguía culpándose por su secuestro. Durante los últimos años de su vida Steven trabajó con grupos de secuestro infantil, hablaba a los niños sobre los peligros de acercarse a extraños y concedió entrevistas para hablar de su experiencia.


     El 17 de septiembre de 1989, a los veinticuatro años, volvía a casa de su trabajo en Pizza Hut una noche lluviosa, iba en motocicleta y sin casco cuando se estrelló contra un vehículo y falleció. A su funeral asistieron quinientas personas, incluyendo a Timothy White, entonces de catorce años.

Timothy White


     Timothy White, el niño salvado por Steven, se convertiría en oficial de policía del Condado de Los Angeles. Al igual que Steven, dio conferencias donde contaba su experiencia a los niños y los alertaba sobre los peligros del secuestro. Desgraciadamente  Timothy fallecería muy joven también, el 1º de abril de 2010 (a los treinta y cinco años de edad), a causa de una embolia pulmonar. 


     Actualmente se erige en el Parque Applegate, en Merced, California, un monumento en honor a Steven y Timothy.





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