40 años de Fleetwood Mac
Civilizados a medias


Por Luis Fernando Iglesias
La carrera de Fleetwood Mac llega a los 40 años y se cumplen 30 de la grabación del disco Rumours, uno de los álbumes más vendidos en el planeta, con más de 30 millones de copias.
La historia de este grupo implica muchas historias y estilos musicales, diseñados por los diversos integrantes que lo conformaron, todo unido por Mick Fleetwood, el alto baterista de larga nariz, quien ha peleado por la banda como quien pelea por un hijo o como quien defiende su apellido.
UNA BANDA DE BLUES. De los integrantes del grupo fundador sólo queda el baterista inglés Mick Fleetwood, nacido el 24 de junio de 1947 en Redtruth, Northern Cornwal. El bajista John McVie, compañero de Fleetwood en la base rítmica que da nombre a la banda, se integró unos meses después. Ambos se conocieron en 1967 cuando Mick ingresó al grupo John Mayall`s Bluesbreakes, en el que ya alistaban McVie y el guitarrista Peter Green, autor entre otras canciones de “Black Magic Woman”, inmortalizada por Santana. Admirado por B. B King (“…es el único que me da un sudor frío. Tiene el tono más dulce que yo haya oído”), Green competía sin interés por un lugar entre los mejores guitarristas bluseros. Así, ante el famoso grafiti “Clapton es Dios” que pobló las paredes londinenses, una respuesta apareció en otros muros: “Peter Green es mejor que Dios”.
Después de pocas actuaciones, Mayall despidió al baterista, aparentemente por su afición a la bebida. Casi enseguida Green abandonó la banda y en junio de 1967 llamó a Fleetwood: “¿te gustaría tocar la batería?”. A Green le pareció original que una banda se llamara como su base rítmica. Era un hábil movimiento para convencer a McVie de que abandonara a Mayall. Pero el bajista tenía un buen sueldo con los Bluesbreakers y desconfiaba del nuevo grupo, así que no aceptó el ofrecimiento. Su lugar fue ocupado por Bob Brunning y, junto al guitarrista de 18 años Jeremy Spencer, hicieron su debut en el Windsor Jazz and Blues Festival. Unos meses después McVie decidió unirse a su apellido y se integró a la banda. Peter Green`s Fleetwood Mac, como entonces se llamaba el grupo, grabó su primer álbum en 1968. Tuvo un buen éxito en Inglaterra pero fue totalmente ignorado en Estados Unidos.
Las actuaciones eran bastante anárquicas. Spencer solía colgar condones llenos de cerveza en las clavijas de su guitarra mientras cantaba letras obscenas. En medio de los shows un asistente entraba al escenario con una bandeja en la que traía a Harold, un gran vibrador que era pegado con una sopapa al parche delantero del bombo de Fleetwood. Harold parecía danzar al compás de “Rattlesnake Shake”, oda a la masturbación compuesta por Green.
Danny Kirwan, también guitarrista, se sumó al grupo mientras se preparaban para grabar su segundo álbum y salir de gira por Estados Unidos. Antes tuvieron que civilizarse un poco.
DIOS SE ACERCA Y SE ALEJA
“-Eh, Mick, esto se ha convertido en algo demasiado grande. ¿Para qué necesitamos tanto dinero? ¡Donemos todo lo que ganamos!
-Pero Peter, ¡es nuestro trabajo!
-¡Estoy harto de tocar lo mismo noche tras noche! No quiero morirme sintiendo que no he hecho una puta cosa por nadie.”
Esta discusión se repetía una y otra vez, con variantes, entre Green y Fleetwood. Se habían convertido en la más popular banda de Europa pero la salud de quien tocaba la guitarra mejor que Dios se había deteriorado. Su relación con el mundo no era buena y cuando veía lo que pasaba en lugares como Biafra se ponía a llorar frente al televisor. Comenzó a hacer importantes donaciones a instituciones de caridad y a sentir que no estaba a gusto en la banda. Sólo quería improvisar. El uso abusivo de LSD y sus dudas acerca de lo que quería de la vida hicieron el resto. Ninguno de sus compañeros estuvo de acuerdo con tanta liberalidad. En mayo de 1970 el guitarrista abandonó el grupo. Parecía que Danny Kirwan sería su sucesor en cuanto a liderazgo, pero Fleetwood sabía lo que tenía que hacer y desde ese momento se transformó en una especie de padre de la banda.
En los discos siguientes Fleetwood Mac fue dejando el blues para acercarse al rock. La tecladista Christine Perfect se integró a la banda y cambió su nombre por el de Christine McVie al casarse con John. A su vez Fleetwood contrajo enlace con la modelo Jenny Boyd, hermana de la célebre Patty Boyd (esposa de George Harrison, a la que Eric Clapton dedicó la canción “Layla”).
En febrero de 1971 Fleetwood Mac se encontraba de gira en Los Ángeles. El grupo llegó a la ciudad en medio de un terremoto y la atmósfera parecía rara. Spencer avisó a Fleetwood que iba a dar una vuelta por Hollywood Boulevar para comprar alguna revista. Abandonó la habitación del hotel y nunca volvió. Con el paso de las horas los demás miembros del grupo comenzaron a buscarlo con desesperación. Tuvieron que suspender la actuación de esa noche y recurrir a la policía para prácticamente “peinar” la ciudad sin encontrarlo. La foto del músico fue mostrada en la televisión, el FBI e INTERPOL fueron alertados y hasta recurrieron a un mentalista. Finalmente una pista los llevó hasta una secta religiosa denominada “Children of God” (Niños de Dios). Dos asistentes del grupo llegaron al lugar donde se domiciliaban y demandaron hablar con Spencer. Tuvieron que mentir y decir que la esposa del músico estaba grave. Entonces apareció, totalmente calvo y con una larga túnica. Les explicó que ya no quería tocar en el grupo y que el terremoto había sido un aviso para él. Cuando le preguntaron qué sería de la vida de su esposa y de sus hijos, respondió: “Dios los ayudará”.
Para ayudar a la banda, Green accedió a retornar al grupo. Las partes que hacía Spencer fueron sustituidas por “Black Magic Woman” y largas improvisaciones. Finalizada la gira, Green volvió a retirarse, apareciendo como colaborador en algún disco. Sus dudas resurgieron y aquel gran músico que hacía sudar a B. B. King, terminó, por largos períodos, viviendo como un indigente, sin aceptar el dinero que le correspondía por las regalías de sus canciones.
RUMORES. En 1974, con la ida de Bob Welch, el grupo se quedó nuevamente sin guitarrista. “Solo soy un baterista que necesita músicos para tocar”, dijo alguna vez Fleetwood. Se había mudado a Los Ángeles y un día, buscando estudio de grabación, llegó a un lugar llamado Sun City. El ingeniero de sonido Keith Osen colocó una canción, “Frozen Love”, para demostrar el sonido que se conseguía en el estudio. El disco se llamaba simplemente Buckingham Nicks y el guitarrista Lindsey Buckingham cautivó a Fleetwood. Mientras lo escuchaba observó a una hermosa joven cantando en el estudio contiguo, separada del baterista por un grueso vidrio. Fleetwood propuso a Buckingham unirse al grupo. Éste puso como condición que también ingresara su novia Stevie Nicks, la bella rubia que captó la atención del baterista. La propuesta fue aceptada.
La parte inglesa y la parte norteamericana de la nueva agrupación encajaron perfectamente desde el primer ensayo. En poco tiempo grabaron lo que es conocido como “álbum blanco”, denominado simplemente Fleetwood Mac. Juntos habían conseguido plasmar un excelente grupo pop, con la poderosa base rítmica de siempre y un gran trabajo vocal. Las composiciones de Lindsey, Stevie y Christine dieron origen a un disco en donde resaltaban las canciones “Rhiannon”, “Over my head” y “Say you love me”. Fleetwood habló con los ejecutivos de Warner avisándoles que ese no era “otro álbum del grupo” sino el primero de una nueva época. Si la compañía no lo apoyaba era preferible que terminaran la relación. La compañía aceptó el reto y el disco se vendió muy bien. Luego de una extensa gira, la discográfica los urgió a que grabaran un nuevo trabajo.
En 1976 el matrimonio McVie llegó a su fin. El propio Fleetwood recibió en ese mismo año la demanda de divorcio de su esposa Jane, quien alegaba abandono. Por otro lado también se terminaba la relación de cuatro años de la pareja Nicks- Buckingham. Pero como alguna vez le dijo Fleetwood a Green: “esto es nuestro trabajo”. Era tiempo de grabar un nuevo álbum.
Fleetwood, convertido ya en manager del grupo, eligió el estudio Record Plant ubicado en Sausalito, frente a San Francisco. La grabación de las pistas base duró nueve semanas. Problemas entre los integrantes del conjunto y un cierto divismo adquirido luego del último éxito ayudaron para ello. Tomó cuatro días afinar un piano, dado que no los conformaba el sonido, y luego no fue usado. Había demasiada droga y alcohol en el lugar y pasaban semanas sin dormir. Cuando escuchaban el resultado de lo que habían hecho lo borraban y decidían empezar de nuevo. “Para aflojar la tensión buscábamos actividad sexual, pero ni eso servía. El único refugio era la música”, recuerda el ingeniero de sonido y coproductor Richard Dashut. Según Fleetwood “luego de nueve semanas ahí, todos estábamos listos para el asilo”. El proceso completo de grabación llevó casi un año y lidiaron con una máquina grabadora a la que llamaban Jaws (Mandíbulas) por su costumbre de destrozar cintas.
El baterista recuerda que la primera vez que escuchó las cintas de Sausalito percibió “el inaudible sonido a corazones rotos que llenaba el aire”. El sonido conseguido era raro. Antes de darlas por perdidas, buscaron otro estudio para seguir trabajando. El único lugar donde sonaban aceptablemente bien, estaba ubicado en Hollywood Boulevard, entre cines porno y shows de striptease. Siguió el trabajo y el conflicto entre las parejas. Las letras reflejaban lo que estaban pasando y el álbum bien pudo llamarse Confesiones.
Christine compuso “You make loving fun” con el jefe de iluminación del grupo -Curry Grant- en mente. Los secretos amantes apenas se podían ver dado que John le hacía la vida imposible con sus celos pese a que su vínculo había terminado. Cuando finalmente la historia salió a la luz el grupo despidió al iluminista y explicó a Christ que era la forma en que tenía que ser. Cada vez que ensayaban la canción -que fue un gran éxito- la cara de John se transformaba. La tensión siguió subiendo porque el bajista pretendía reconquistar a su ex esposa. Ésta, junto a Stevie Nicks, alquiló un departamento en un condominio cerca del estudio intentando solucionar el tema. En las noches podían escucharse los gritos de John McVie, absolutamente borracho, clamando por su mujer. Nunca fueron una pareja de discutir en público, así que dejaron de dirigirse la palabra. El silencio solo era quebrado en los ensayos o grabaciones para indicar en qué tono iba la canción. La paranoia fue creciendo entre los miembros masculinos del grupo. Todos dudaban acerca de quién se veía con quién luego del horario de trabajo. La relación Nicks-Buckingham era volcánica. Al contrario del matrimonio McVie, las fuertes discusiones terminaban a los gritos. En medio de los líos, el baterista-papá, con sus propios problemas sentimentales, intentaba evitar que las piezas se separaran definitivamente. Aunque, un tiempo después también él tuvo una fugaz relación con Nicks. Entre tanta historia contada a media voz, sospechas, amores y odios mal resueltos, la prensa lanzó todo tipo de versiones. Eso dio el título al álbum: Rumours.
El sonido del disco es netamente pop en su mejor concepción. Tiene temas de buena melodía, bien arreglados, con excelente conjunción de voces y sutiles cambios de percusión complementados por el bajo de McVie. La producción es excelente y puede verse la mano de Buckingham, profundo admirador de Brian Wilson y The Beatles. Tramos de varias canciones fueron unidos dando como resultado “The Chain”, única compuesta por los cinco integrantes. “Oh Daddy”, de Christine, refiere a Fleetwood y su “figura paterna”. Cada vez que John escuchaba “Don`t stop” sabía que hablaban de él. “Go your own way” de Lindsey es una especie de testamento afectivo, contestado por Stevie en “Dreams” y en “Ghost Dust Woman” donde habla de su adicción a la cocaína. En cada canción se ocultaban los “corazones rotos” de los que hablaba Fleetwood.
Pese a todo perdura el mensaje de amor de la exquisita balada “Songbird” grabada solamente por Christine McVie en un gran teatro vacío, cuya línea final dice: “Y los pájaros cantan, como si supieran la partitura, y yo te amo, te amo, te amo, como nunca antes”.
TODO LO DEMÁS. El resto de la historia es conocida. Rumours fue un mega-éxito y ganó el Grammy a mejor disco del año 1977. Siguieron proyectos ambiciosos como el álbum doble Tusk, correctas secuelas como Mirage, varios trabajos solistas y un período de cinco años en donde el grupo no grabó. Stevie Nicks fue admitida en la clínica Betty Ford para solucionar sus problemas de adicción y Mick Fleetwood se declaró en bancarrota, perdiendo todos sus bienes. En 1987, con Tango in the Night, volvieron a tener éxito. Le siguieron otros discos de menor resonancia, separaciones y reuniones.
La pregunta sigue planteada: ¿cuál es el secreto de supervivencia de aquel irreverente grupo blusero, con Harold en el bombo de la batería, transformado en este icono de la música pop? Quizá la respuesta esté en el concierto de reunión -editado en cd y dvd- The Dance, que se grabó para MTV en 1997, como celebración de los 30 años del grupo y los 20 de Rumours. La actuación, de una perfección pocas veces alcanzada, deja al descubierto el porqué de la larga y exitosa historia de Fleetwood Mac, impulsada por el poderoso y secreto motor que funciona en la parte trasera del escenario. Ahí donde siempre se ubican el bajo y la batería.
Es sólo dinero
MICK FLEETWOOD
MIS INSTRUMENTOS y mis muebles ya estaban en la camioneta, rumbo a un depósito, hasta que encontrara un nuevo lugar para vivir. Era junio de 1984 y había sido obligado a declararme en bancarrota. Los diarios decían que yo había perdido ocho millones de dólares y buena parte de esa cifra se había ido por mi nariz. Al menos eso decían. Mi banda, Fleetwood Mac, que una vez fue una de las más grandes del mundo, no había tocado en dos años. (…) Estaba humillado por lo que decía la prensa acerca de mi situación económica. Y estaba bebiendo un poco de más. Parecía que la larga fiesta se había terminado. Tenía treinta y siete años. (…) Cuando la banda se retiró de escena mi vida se deshizo. Sin mi obsesión central, que era el grupo, me sentía aburrido, sin una visión esencial para un artista. (…) Escuché la voz de mi padre diciendo en mi cabeza `Vamos Mick, alegrate, es solo dinero, podés ganarlo de nuevo. (…) No seas demasiado orgulloso: pedile a tus amigos que te ayuden, a Stevie, McVie, Christine, Lindsey, ellos te ayudarán…´”.
(En My life and adventures in Fleetwood Mac, de Mick Fleetwood y Stephen Davis).
Tiempo de ir a casa
DESPUÉS DE NUEVE semanas en el Estudio de Sausalito, todo el mundo estaba “fuera de su cabeza” y fue John McVie quién se lo demostró a Fleetwood. Una noche en que encontró a McVie grabando, observó cómo el bajista había puesto sobre la consola de grabación una foto del Marahishi. Arrodillado, se concentraba en el gurú e intentaba interpretar su parte de bajo en forma correcta. “No podía creerlo” cuenta, “ahí estaba el rudo, cínico y brutal John rezando mientras tocaba. Lo tomé como una señal. Habíamos estado en Sausalito demasiado tiempo. Era hora de tomar las cintas grabadas e irnos a casa”.
Rhiannon
LAS PRIMERAS CRÍTICAS que recibió Stephanie Lynn “Stevie” Nicks (nacida el 26 de mayo de 1948 en Phoenix, Arizona), como nueva vocalista de Fleetwood Mac, no fueron buenas. Esto, junto a la sospecha de que la habían contratado solamente para conseguir al guitarrista Buckingham, la deprimió. Muy bonita y de corta estatura, luchó por varios años contra su peso, sus crónicos dolores de garganta y algunos ataques de asma. Se encerraba en su camerino para tomar té con miel y esperar los shows.
“Rhiannon”, compuesta por Nicks, fue el segundo simple extraído del “álbum blanco”. Recrea una leyenda galesa referida a una diosa de la noche que toma el cuerpo de otra mujer y vuela en el viento. El vestuario de la cantante era apropiado para la letra. Largos y vaporosos vestidos oscuros acompañaban a quién siempre tuvo un impecable desempeño escénico. El 4 de julio de 1976, durante un recital en Tampa, Fleetwood notó entre el público a miles de mujeres vestidas con largos vestidos de chiffon negro. Cuando Buckingham tocó los primeros acordes de la canción “…se volvieron locas, bailando y dejándose llevar por la música”. Las dudas se alejaban. Nicks se había convertido en la insustituible front girl de la banda.
Luis Fernando Iglesias. El País Cultural, Año XVIII, Nº934, edición del 28 de septiembre de 2007.